EL TINTO MAÑANERO Por: Luis Enrique Zúñiga —¿Un Tintico, profe? —me dice Blanquita, mientras una sonrisa amplia deja ver sus relucientes dientes. Son las 7:33 de la mañana bogotana. Acabo de dejar mi auto en el parqueadero, he pasado por el control de ingreso al edificio del extinto Departamento Administrativo de Seguridad – DAS, en Paloquemao y ahora, en un salón del tercer piso, preparo el computador, el proyector y los materiales para la sesión de trabajo con profesionales de la Fiscalía. Nos ocuparemos en la descripción de resultados laborales verificables. El vasito de cartón deja escapar el delicioso aroma de café entre delgadas nubecitas de...
Espacio para compartir letras de canciones, escritos y vivencias. para disfrute de quienes llevamos arpegios en el alma.